Caoba oscura, el color de la seducción. Aromas frutales, recuerdos a roble. Y un paladar suave, dulce, aterciopelado: un gran exponente de grato equilibrio.
Caoba oscura y lágrima densa.
Fruta muy pasificada, uvas, higos y dátiles y notas de café, caramelo y tostados de madera de roble.
Equilibrio entre la acidez y el dulzor, cálido, untuoso y aterciopelado.
Caoba oscuro, denso y lágrima amplia.
Aromas a frutos carnosos y las florales de la moscatel.
Dulzor sobrio, destacando los sabores varietales y florales, aterciopelado con un final ligeramente secante y amargo.
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